Don Juan Bautista Butler Keyser, hijo varón menor de los de Tomás Butler Clarke, nacido en 1790, tampoco había conseguido más que conocer los años tristes y pobres de sus padres.
Se hizo militar, de Intendencia, llegando al máximo grado de Intendente del Ejército, equivalente al de General y ocupó el cargo de Director General de las Reales Caballerizas y de la Real Armería.
Se casó el 5 de Noviembre de 1820, a sus treinta años, con María Rosa Arias Gascó, sobrina de un célebre filólogo, en la parroquia de San Miguel y San Julián, de Valladolid.
Allí nacieron sus hijos Eduardo, el 7 de Diciembre de 1821, en la Parroquia de San Miguel, y Juan Butler Arias, el 1º de Abril de 1825, en la misma Parroquia y Ciudad, y luego, en Vitoria, seguramente al cambiar de destino, su hija Clementina , el 22 de Enero de 1830, en la Parroquia de San Ildefonso, “que acaso fuera la Castrense”, a todos los cuales al parecer puso en manos de su amigo, el entonces Coronel José María Marchessi hacia 1840, sólo once años más joven que él.
Los recuerdos familiares, simplificados, decían que el primero que llegó aquí, siendo amigo de mi tatarabuelo José María Marchessi Oleaga (nacido en 1801) y estando para morir, le encomendó la tutela de su hija Clementina, siendo ésta todavía una niña.
Desde luego él no fue el primero que llegó y no estaba muriéndose, como dice la tradición familiar, sino que su muerte ocurrió en Madrid, en 1861, en la parroquia de San Luis, cuando su hija tenía ya treinta y un años y él setenta y uno.
¿Cómo casan estos datos con los recuerdos familiares? ¿Pasó algún apuro muy grande, hasta el punto de tener que entregar a sus hijos a su buen amigo y perderse poco después él mismo, con su esposa o sin ella? ¿Qué graduación tenía? ¿Pudo ponerse del lado de los tradicionalistas en la Guerra Carlista, que terminó precisamente en 1840?
Tengo una carta de él, dirigida a su hija Clementina, cuyo párrafo final sugiere una explicación:
“Ahí te incluyo una Carta q.e me ha traido la (¿Rosa Butler?) pª ti. Por mas q.e aquella diga, yo no tengo alivio ninguno en mi padecimiento del pecho y cada dia estoy mas inutil pª todo. A Dios, mil cosas de todos y para todos, y queda tuyo siempre af.mo papá J.B.”
¿Se puso enfermo del pecho hacia 1840, y por miedo de que fuera una tisis, decidieron separarse de sus hijos? Parece bastante lógico. No lo es tanto que su amigo el Coronel Marchessi aceptara hacerse cargo de ellos, a menos que les uniera una amistad casi familiar, fundada posiblemente en los respectivos padres de uno y otro.
Otros párrafos permiten fechar la carta:
“Sevilla 2 de Junio
“Mi querida Clementina; he recibido la tuya del 29 con el retrato de Marchesi y Luis que me incluyes y que te agradezco mucho. Por supuesto q.e aunque Marchesi está muy parecido, tiene el inconveniente que yo encuentro en todos los retratos de esta clase, y es el de que hace parecer á los interesados de mas edad de la q.e tienen (…)
“Mucho siento q.e el pobre Luis dé en padecer esos ataques ó ¿cansones? tan inmediatos, pero si él se encuentra bien y alegre y come con apetito no hay tampoco por que temer que eso pueda dimanar de ninguna causa peligrosa, auncuando esté delgado, pero esto no es extraño estando creciendo.
“Aquí tuvimos al fin lluvia el dia del Corpus estando ya la procesion en la calle, por lo cual se deslució bastante como era natural y el tiempo ha continuado muy vario, habiendo llovido bastante antes de ayer, de modo que tiene uno que andar cargado con el paraaguas que es una diversion, y esto en Sevilla y en la estacion en que estamos. El Duque de Monpensier fue en la procesion, y el viernes saldria para esa con la Infanta y la niña mayor, seg.n estaba anunciado”.
Su nieto Luis nació hacia 1850, como la hija mayor del Duque de Montpensier, Isabel, nacida en 1848. Por las palabras del texto, ambos eran adolescentes, por lo que podía ser cuando tuvieran ambos unos quince años, es decir, hacia 1860, poco antes de que Juan Butler muriese.
Según se dice, José María Marchessi puso a la niña interna en un colegio religioso de La Coruña, pero cuando cuando cumplió diecisiete años se casó con ella, aunque permaneció algún tiempo sin hacer vida conyugal.
De hecho, su hija Clementina ( I ) creció al parecer no sólo alejada de su padre, interna en el colegio, sino también de su madre porque, como decía en una carta, desconocía el nombre de su abuelo paterno. Esto sólo se puede imaginar si casi no había conocido ni a su padre ni a su madre, o si, en otro caso, su padre había impuesto una “damnatio memoriae” sobre su propio padre.
A Juan (II) Butler Keyser no debió de faltarle el dinero, pues dotó espléndidamente a su hija Clementina ( I ); debió de sacarlo de su paga como Intendente General, no por parte de su madre, Juana de Keyser, porque su hermana Concepción no recibió esa herencia, dada la miseria en la que llegaron a encontrarse sus hijas.
Por tanto, el problema que llevó a la disolución de la familia no fue económico. Rosa María Arias murió, en 1861, el mismo año que su marido.
Siguiendo con los hijos de Juan (II) Butler Keyser y Rosa Arias Gascó, el mayor, Eduardo (I) Butler Arias es por quien empieza es nombre en nuestra rama familiar aunque luego fue tan seguido, que es de suponer que corresponde a una fuerte tradición. ¿Pero quién, fuera de esta línea de varón donde aparece por primera vez, lo llevó antes por alguna de las líneas maternas?
También militar de Intendencia, como su padre, llegó al grado de Mariscal de Campo (General de División)
Se había casado con una señorita apellidada Díaz de Cáceres, que acabó su vida en una tristísima situación, “como un cuerpo muerto” y tuvieron dos hijas y un hijo, Rosa, María ¿Encarnación? y Carlos Butler Díaz de Cáceres.
Rompió las relaciones con su hermana Clementina (II) “por genialidades”, según opinaba su sobrino Francisco.
Su hija María de la Encarnación se casó con el tiempo con su primo hemano Luis Marchessi Butler, hijo de su hermana Clementina y hermano de Francisco.
De Juan (II) Butler Arias, sabemos que fue también militar de Intendencia, y que llegó a ser igualmente Mariscal de Campo.
Fue a vivir a Barcelona, desde donde se escribió con su hermana.
Se casó con Manuela Gutiérrez Maturana y tuvieron tres hijos, Juan (III), José y Eduardo (II) Butler Gutiérrez.
Éste, ahijado de mi tatarabuela Clementina, y sobrino ciertamente querido, se casó con una prima lejana por parte de su abuela paterna, Rosa Arias Gascó, que fue María Suárez, y tuvieron cinco hijos, Manuel, José, Juan (IV), Pilar (recién nacida en 1884) y María Butler Suárez.
Juan Butler Arias se enamoró de la joven Antonia Castro, cuando tenía quince años y él con cuarenta y dos años. Se fue a vivir con ella a Zaragoza. Tuvieron cuatro hijas, María, Soledad, Juanita y ¿Jacinta?, que murió joven.
Cuando enfermó, su familia de Barcelona fue a recogerlo, y allí murió y fue enterrado. En su familia de Zaragoza se cuenta que, al morir, Antonia Castro quemó todas sus escrituras para que no pudieran reclamarle nada.
¿Jacinta? y Juanita, después de la guerra, visitaron a Eduardo Marchessi Sociats, su sobrino. Eran altas y corpulentas, como recuerdan vagamente quienes las conocieron. Pero ahora he contactado a su familia y puedo decir más. Soledad Butler se casó con Eduardo Ciria, que era abogado, y tuvieron dos hijos, Juan Ciria Butler, médico, y Manuel, militar. Su nuera, la esposa de Juan, decía que Soledad era muy estirada