La historia de nuestro linaje cambió desde su llegada a España. Hasta entonces había sido una línea más de un conjunto con plena conciencia de serlo, de acuerdo con la tradición irlandesa, y que había encontrado su destino mayoritariamente en la defensa de la Iglesia Católica y de Irlanda.
Nuestros antepasados Butler, O Brien, Power, O Neill, habían sido grandes señores, altivos y autosuficientes, terratenientes ociosos hasta entrado el siglo XVII; después de la catástrofe de este siglo, Don Thomas Butler O Neill y su hijo Don Tomás Butler Clarke, fueron en cambio durante el siglo XVIII grandes mercaderes, obligados a concitarse la benevolencia de ilustres compradores, empresarios activos y cortesanos interesados.
Pero Don Thomas Buthler O Neill mantuvo sin duda la nostalgia por la antigua forma de vida de su familia, como lo demostró al comprar una hacienda en Castilleja de Guzmán y al insistir en que le fuera reconocido su estatuto de hidalgo; al mantener su Genealogía y su sortija con su sello; su admiración por sus parientes los Wilde Geese muestra por su parte un sentimiento nacionalista.
Esta nostalgia encontró finalmente su expresión en la vida militar que siguieron muchos de sus descendientes, que requería la nobleza como requisito de ingreso y era lo más afín a la vida de los nobles, no teniendo propiedades. Fueron militares su hijo Don Juan Butler Clarke, Teniente General y Caballero de Santiago; sus nietos Don Tomás, otro, más humilde Don Tomás y Don Juan Butler Keyser, Interventor General del Ejército, lo mismo que sus bisnietos Don Eduardo y Don Juan Butler Arias.
La conciencia de nobleza se transmitió generación tras generación a sus descendientes en España, unida a un sentimiento familiar de ser Butler absolutamente excepcional, mantenido incluso por las líneas maternas, cuando el apellido se ha ido alejando en el orden patrilineal.
Lo que nos ha salvado hasta ahora de la total dispersión fue la cuestión de la herencia, que mantuvo la conciencia de ser Butler e incluso la unión entre dos ramas distintas, los Butler de Ballynackill y los Butler de Ballyndisert, en torno a ella, durante todo un siglo, desde 1880 en adelante.
Ahora que el sueño de la herencia se va disolviendo, ¿podrá ser que unos pocos Butler en cada generación consigamos que permanezca la conciencia de que lo somos, quizá unida al recuerdo de nuestro papel en la gloriosa historia de Irlanda?
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Una de las traducciones al español de la Genealogía de Hawkins dice: “Tomas Butler residente en Sevilla en España año del Señor 1733”.
Otra de las traducciones, más detallada, dice: “Thomas Butler Baut.mo 21 de Nov 1701 en el lugar de Carrick on shure Reyno de Irlanda con Marª hija de Augn (Augustin o Austin) Clarke de Dublin”
Fue bautizado el dia 22, por el Reverendo Daniel Dugan, párroco ¿clandestino? de Carrekuer Shur, y sus padrinos fueron Thomas Waddings y Helen Power.
(El expediente de ingreso en la Orden de Santiago de su hijo el Mariscal de Campo Juan Butler Clarke indica que Agustín o Austin Clarke era casado con Mary Wright y que ambos eran naturales de Dublín)
Al parecer era hijo único.
(Luego esta segunda versión añade los nombres de sus cuatro hijos, y las fechas de sus bautismos, todos en Sevilla, en la Parroquia de San Isidoro, de los que luego hablaré, e inserta una Certificación del Arzobispo de Dublín, de 1790, lo que indica que es una copia posterior a esta fecha)
Guillermo Hawkins le dibujó a Thomas Butler O´Neill dos escudos:
El más simple, bajo su nombre, que pertenecía “propiamente al mismo Tomás Butler por parte de padre”, que es el cuartelado, 1º y 4º jefe dentado de azur sobre campo de oro, y 2º y 3º, tres copas cerradas de oro bien colocadas en campo de gules.
Y el más majestuoso, encabezando la Genealogía, que es cuartelado, 1º y 4º, el jefe dentado de azur en campo de oro, y 2º y 3º, tres copas o “bouteilles” cerradas de oro en campo de gules, timbrado con casco de hidalgo, coronado por rodete de azur y oro, y las cinco plumas de avestruz con un halcón con las alas desplegadas, y me parece (hay problemas en las dos imágenes de que dispogo), que con la divisa “Comme Je Trouve”, de las ramas de Ormond, sin poner los tenantes.
En espera de saber más exactamente el significado genealógico de esta forma heráldica, señalaré la existencia de otro blasón de nuestro linaje, que son las tres copas de oro bien colocadas entre un cabrio de oro en campo de azur, que al parecer no es el de nuestra rama.
Dado el método seguido por Guillermo Hawkins, que ve el linaje panorámicamente, y señala títulos como los de Ormonde, Ossory o Dunboyne, como títulos del linaje, no de ninguna rama en particular (así son, de hecho, dentro del derecho nobiliario inglés, donde pueden saltar de una rama a otra, al extinguirse las líneas de varón), es posible, por la misma lógica, que el escudo grande se pinte como blasón del linaje.
(1729)
No sé casi nada de la vida de Thomas Buthler antes de venirse a España.
Sé que en 1729, Thomas pidió al Arzobispo de Cashel, Christopher Butler, un certificado de bautismo. El Arzobispo pertenecía a la rama titulada de los Butler, pero estaba en la clandestinidad, so pena de muerte de ser descubierto, lo que sugiere una fuerte confianza para llegar hasta él y una razón suficientemente fuerte o apremiante.
Unas pocas palabras del certificado resultan de pronto extremadamente reveladoras: “…el ingenuo joven Thomas Butler, asimismo residente en Sevilla, agregado a la milicia…”
Por tanto, ese año el muchacho estaba ya en Sevilla. Verosímilmente, encargó a alguien de su familia que hiciera la gestión ante el escondido Arzobispo, algo temerario y dificilísimo. Presumiblemente, en años anteriores el joven Butler se había incoporado a la guerrilla de la resistencia contra los ingleses.
Había sido posiblemente un “ropaire” (en gaélico) o “rapparee” (en inglés), integrado en alguna de las guerrillas que siguieron a la terrible derrota de 1690 y que estuvieron en activo durante los años siguientes. Algunas se convirtieron en bandas de cuasi-bandidos respetados por los suyos, pero alguna pudo mantener un estilo más militar. El nombre de milicia que le daba el Arzobispo parece ser con voluntad de dignificar la guerrilla católica, pues desde 1715 los ingleses habían puesto en pie una Milicia Protestante.
El joven Thomas Buthler seguramente no había podido soportar el clima diario de humillación para los católicos y de persecución a la Iglesia, y se había “agregado a la guerrilla”. Estaría a punto de ser descubierto por los ingleses y tendría que huir a España, si estaba en riesgo de ser detenido y ejecutado.
Esa huida repentina, sin tiempo para organizar nada, merecería la intervención del Arzobispo. Debió de encargar a su familia, por algún medio, que le consiguiesen una partida de bautismo. Recién llegado a España, como súbdito del Rey de Inglaterra, lo más acuciante para el joven Butler sería demostrar que era católico.
Pero en Irlanda, los archivos parroquiales estaban inaccesibles o destruidos, puesto que no sólo eran clandestinos los obispos, sino toda la Iglesia Católica. Los sacerdotes estaban huidos. Un Butler, sin embargo, podía tener la posibilidad de que alguien accediera al refugio de un Arzobispo Butler, para pedirle que firmase lo que ningún sacerdote podía firmar, pero exponiéndolo a ser descubierto si se hallaba la certificación.
La gestión debió de hacerla Pierce Butler, el padre del muchacho huido (¿desde 1729? ¿!728?) o alguno de sus hermanos, los tíos de Thomas.
El encabezamiento del certificado, que es lo que me ha llegado en una versión en letra angulosa de mujer, dice así:
Certificación de bautismo que “espide a favor de D.n Thomás Butler hijo de D.n Pedro, nacido en 1º de Nov.e de 1701, el Arzobispo Cristobal de Irlanda en ¿Cavvdinoy? 4 de Julio de 1729”
El Arzobispo Christopher Butler de Cashel era hijo de Walter Butler y nieto de Richard Butler de Kilcash. Está enterrado en el atrio de una pequeñísima iglesia románica en ruinas, poco más que una cabaña baja y alargada, situada en Kilcash. Esta relación representa por tanto otro punto de contacto entre los Butler de Ballindysert y los Butler de Kilcash.
Su elección para firmar la certificación de bautismo puede ser casual o puede expresar también la relativa cercanía de ambas ramas, operante al menos desde tiempos del Comandante o Coronel John Butler y Richard Butler de Kilcash, casi cuarenta años antes.
El tratamiento de Don, en la traducción española de que dispongo, debe de corresponder en el original de la certificación, en latín, a las expresiones Dominus Thomas y Dominus Petrus, que en el siglo XVIII expresaban muy precisamente la pertenencia a la nobleza, que el perseguido Arzobispo de Cashel, desde su altísima posición moral, reconocía plenamente al emplearlas.
(1733)
Cuatro años después, en 1733, Thomas Buthler, seguramente desde Sevilla, y probablemente por medio de su padre, Pierce Butler, pidió al Rey de Armas Guillermo Hawkins, Escudero, que le certificase su genealogía y el escudo de armas que le correspondía, lo que el Escudero Hawkins hizo el 18 de diciembre.
No creo que pocos años después de su huida a España estuviera en condiciones económicas y policiales para volver a Irlanda. Su intención sería recoger el árbol cuando se le presentara la ocasión de volver, lo que ocurrió desde luego en 1737, cuando de hecho regresó a Irlanda para casarse.
El esplendor material con que se trazó el árbol genealógico, en algo así como dos metros de vitela o pergamino, todos los escudos de armas policromados que corresponderían a cada generación, el sello del King of Arms en cera y una cajita de hojadelata para protegerlos, hace pensar que fue muy caro y que Thomas Butler disponía ya en Sevilla de suficiente dinero para pagarlo.
Esto era entonces un trámite bastante práctico, más que una cuestión de romanticismo o vanidad. En aquella sociedad estamental, era preciso ser noble para poder ser Oficial del Ejército; por otra parte, no eran pecheros, es decir, no pagaban impuestos y, más o menos por entonces (tengo que buscar la fecha) el Rey Carlos III promulgó un disposición que los autorizaba a practicar el comercio (cosa que en cambio tenían prohibida desde siglos y siglos antes) Finalmente, para un extranjero, poder acreditar la nobleza, era tener la generación franqueada a las casas de la nobleza y a sus privilegios.
En este sentido, creo que la Genealogía de Hawkins fue la piedra angular de la posición de la familia en España, y que Thomas Butler acertó del todo al solicitarlo y, sin duda, pagarlo espléndidamente. Otras familias que no lo consiguieran, debieron de tener más difícil su integración en España durante el siglo XVIII.
Pero lo más importante de la Genealogía es lo que en ella se lee sin palabras. Como ya antes apunté, debió de ser Pierce Buthler, si no el mismo Thomas Buthler O Neill, quien pidiera a Guillermo Hawkins que trazara, junto a su línea, la línea colateral que va del tío bisabuelo de Thomas, John Butler, a sus tíos terceros Edmund y James.
Quien lo solicitara, podía haber pedido que trazara cualquier otra línea, y sin embargo pidió sin duda que se dibujase ésta. También he sugerido que una línea colateral al final de una genealogía rompe la costumbre y la estética arborescente. De hecho, la otra única excepción que se permitió Thomas Buthler O Neill, o acaso Guillermo Hawkins, fue recoger los nombres de sus tíos carnales, los hermanos de su padre, a quienes sin duda quería.
La razón por la que se incluyó en su genealogía la rama de su tío bisabuelo John tuvo que ser un inmenso orgullo por quien habría sido un héroe en el decisivo asedio de Limerick y una fortísima conciencia del dolor de los católicos de Irlanda.
También se preocupó Pierce o Thomas de que se consignara, en el pequeño espacio disponible, el nombre de quien había mandado a John Butler en aquella ocasión, pareciendo que lo mencionó por ser también su pariente, Richard Butler de Kilcash, que había sido capaz de enfrentarse a los protestantes, y entre ellos, dolorosamente para todos, a su propio hermano, el I Duque de Ormonde, James Butler.
También se ve en la Genealogía que Pierce o Thomas Buthler tenían interés en que figurasen en ella los nietos de su tío abuelo y bisabuelo, Edmund y James Butler, por haber estado también el primero en Limerick y por ser los dos de los Gansos Salvajes, estando todavía vivos en 1733, los militares católicos que habían tenido que refugiarse en el Continente cuarenta años antes y de quienes todavía se esperaba que retornasen en cualquier momento a Irlanda para castigar a los protestantes y restaurarla.
No me queda duda de que estas anotaciones genealógicamente desusadas expresan los sentimientos más profundos de Pierce Buthler o de su hijo Thomas Buthler O Neill y las esperanzas más íntimas de éste como exilado. No menos por ellos debió de ser por lo que denominó a su propia hacienda, cuando la tuvo, con el nombre de la Divina Pastora, un nombre mariano y católico, e incluso, por qué, en su día, bautizó a uno de sus hijos, Juan, como su tío bisabuelo, e incluso le inculcaría que se hiciese militar, donde hizo una carrera tan brillante y fue a su vez un héroe en otro asedio crítico, el de Zaragoza.
(1737)
Porque cuatro años después de la obtención del Pedigree de Hawkins, en 1737, Tomás volvió a Irlanda, para casarse allí con Mary Clarke Wright, el 13 o el 14 de agosto, en Dublín. Ya tenía una fortuna de ciento sesenta mil reales de plata de a dieciséis cuartos en dinero efectivo y en mercaderías y ella aportó, como dote, veintitrés mil reales.
El novio tenía 35 años, a punto de cumplir los 36 en noviembre, y la novia, 18, a punto de cumplir los 19, pues fue bautizada el 10 de septiembre de 1718. El Acta del matrimonio, posiblemente clandestino, la firmó el Presbítero Arcediano Richard Lincoln, y los testigos fueron Walter Kennedy, Thomas Hall, y William y Patrick Clancey.
No me resisto a poner en paralelo esta boda con la de mis padres, celebrada el 15 de agosto de 1938, 201 años y 1 día después de la del antepasado de mi madre, Thomas Buthler.
Ocurrió durante la Guerra Civil de España, aunque en zona nacional. Mi padre tenía 36 años, como nacido en 1902, y mi madre 19, nacida el 4 de julio de 1919
En el viaje de novios mis padres fueron a Sevilla, entre otras ciudades, como doscientos años antes, otros novios antepasados de mi madre, con las mismas edades que ellos, se fueron juntos a Sevilla.
(El enlace con los Clarkes)
Empezaremos con una obviedad: en cada enlace, se unen dos árboles genealógicos. Thomas Buthler O Neill rompió quizás la tradición familiar de matrimonios irlandeses al casarse con una angloirlandesa.
Es preciso mencionar este hecho para corregir la imagen de la familia como exclusivamente irlandesa, tal como ha llegado a mi madre.
Nada menos que la llegada a España fue la ocasión en que ambas genealogías, ambas tradiciones, ambas nacionalidades se juntaron. Debía haber identidades y lealtades distintas, aunque unidas por la religión católica, en el caso de los Butler, católicos e irlandeses, en el caso de los Clarke, católicos y angloirlandeses.
Pero los Clarke y los Wright, a su vez, siendo originariamente ingleses,, pero ya instalados en Iranda, habían enlazado al parecer también con los Walsh irlandeses,
Ambas genealogías deberían tener entonces la misma relevancia en este texto, pero al ser la familia Clarke mucho más modesta históricamente, hay muchos menos datos sobre ella en este estudio.
De Doña María Clarke Wright, la esposa de Thomas Buthler O Neill, sabemos que fue bautizada el 10 de septiembre de 1718, hija de Augustin o Austin Clarke y de Mary Wright, ambos dublineses; era nieta, por línea paterna, de James Clarke y Anne Shiell, y por la materna de John Wright y Mary Ronan, también dublineses.
Se casaron el 14 de agosto de 1737, él con treinta y cinco años cumplidos, ella con 18.
Los casó el Presbítero Richard Lincoln, y los testigos fueron Walter Kennedy, Thomas Hall, William Clancey y Patrick Clancey.
Los datos que tenemos son suficientes para hacer un análisis social: la familia y ella eran de Dublín, angloirlandeses, católicos y tenían suficientes medios para pagar una dote de unos veinte mil reales (o euros)
Se puede deducir que, si eran de Dublín, situado en el Pale, el reducto inglés en Irlanda, si eran católicos (como se deduce de que ella se casara con un católico) y si tenían ciertos medios, no habían sido afectados por las confiscaciones de las Leyes Penales, lo que significa que no eran terratenientes, sino probablemente comerciantes, aunque descendientes de familias de cierta nobleza.
Mi hipótesis acerca de la relación que condujo al matrimonio de ambos jóvenes es que Don Thomas Buthler O Neill, al instalarse en el comercio de Sevilla, mantuvo relación con la Casa de Austin Clarke, quizá como consignatario en el puerto dublinés de los paños de la manufactura de Carrick On Suir, o quizás como socio en el negocio de la exportación a España, lo que explicaría que se casara con su hija, lejos del ámbito en que se habían casado secularmente los Butler de nuestra rama, y en una clase social y una nacionalidad diferente, vista quizá con hostilidad por los irlandeses, lo que hubiera podido ser un problema en Irlanda, pero no lo era sin duda en España, con tal de que marido y mujer fueran católicos.
Años después, su hijo Don Juan Butler Clarke, al gestionar el hábito de Caballero de Santiago aportó la genealogía elaborada por James Maccullough, el 20 de marzo de 1761, para Thobie Clarke, de Nantes, que fue hijo de John Clarke y de Anne Walsh
Thobie Clarke era primo hermano de Mary Clarke, la esposa de Thomas Buthler O Neill. Eran, por tanto, hijos de dos hermanos, Thobie, de John, hijo 5º , que se casó con Anne Walsh; y Mary, de Augustin, hijo 2ª, casado con Mary Wright, ambos de Dublin.
Como primos hermanos, ambos eran nietos de los mismos abuelos paternos, James Clarke y Anne Shiell, ambos también dublineses.
Doña Maria Clarke Wright, como se la llamó en España, era nieta materna de John Wrigth y Mary Ronan, igualmente dublineses.
Según la Genealogía de Maccullough, los Clarkes tenían un escudo de armas que se describe como una faja de azur cargada de una estrella de cinco puntas de plata entre dos bezantes de oro, en campo de oro, timbrado de un yelmo con rodela de azur y oro, y un brazo armado con una lanza, como cimera, y abajo, la divisa “Omnes Nobis Prospera”; figuran también los enlaces con otras casas nobiliarias.
Thobie Clarke se casó con Jeanne Mallés en la capilla de la antigua casa de La Béhinière, adquirida por su familia en 1758, en Saint-Herblain, de Bretaña. Puede que estos Clarkes tuvieran que ver con los Clarke de Dromantin, que también habían sido de los “Gansos Salvajes”.
El Rey de Francia, en 1766 y en Versalles, concedió Carta de Patente de Reconocimiento de Nobleza a los Clarkes.
(Los Walsh de la línea materna de Thobie Clarke, que por tanto no tienen que ver en principio con nosotros, eran una gran familia de origen galés-normando, arraigada también en Kilkenny, donde las montañas del Sur se llaman Walsh Mountains. Pero es notable que también aparecen relacionados con Ballindysert, e incluso emparentados con alguna rama de los Butler, lo que depararía otra razón para este matrimonio, si Augustin o Austin Clarke descendiera también de Anne Walsh.
En la Genealogía de Tobías Clarke, de Nantes, aparecen como las de su madre las armas de los Walsh de Castlehale, la rama principal de Kilkenny, que son, en plata, un cabrio de gules entre tres puntas de flecha o pheones de sable.
Las armas grandes de los Walsh están timbradas con un cisne atravesado por una flecha, y con la divisa “Transfixus sed non mortuus” (Atravesado pero no muerto)
Nuestra linea completa de los Clarkes es como sigue: Tobías era hijo de John, hermano de Augustin, hijos de James, hijo de Thomas, hijo de Thomas e hijo de Thomas Clarke, con lo que se llega aproximadamente hacia 1575.
Parece que había Clarkes tanto católicos como protestantes.
(El enlace con los Wright)
Por parte de los Wright, la ascendencia de Mary Clarke Wright era recientemente inglesa y protestante. De Tony Harrison, en “Wright in Ireland”, http://members.trump.net.au/ahvem/Family/family%202a.html obtengo el dato de que el Capitán James Wright, de Royston, Yorkshire, nacido en 1615, llegó con el Ejército de Oliver Cromwell a Dublín en 1649 y recibió en 1689 las haciendas de Gola y Carrachor en el Condado occidental de Monaghan de manos del rey católico James II.
Este historial ponía al Capitán Wright entre los enemigos de los católicos irlandeses, pero más adelante entre sus amigos y quizás luego incluso en el partido jacobita durante la guerra y las batallas del Boyne y de Limerick. Cómo se llegó a una reconciliación, de modo que la que llegó a llamarse Doña María Clarke Wright pudiera casarse con Don Tomás Butler O Neill,, ahora se verá.
El Capitán James Wright se casó en primeras nupcias con Jane Owen en 1638 y tuvieron un hijo, William, en 1640. En segundas nupcias se casó con Mary Slacke y tuvieron seis hijos. El autor de estas noticias sigue refiriendo que su hijo Thomas tuvo dieciséis hijos, otro hijo, Joseph, fue un clérigo de la Iglesia de Irlanda (protestante), con unas tierras en Carrachor, que con el nombre de Carrachor Hall se convirtieron en una importante propiedad.
Parece, pues que el rastro de los Wright en Irlanda es fácil de seguir, y que si Mary Clarke Wright debió de nacer entre 1700 y 1710,
• su madre, Mary Wright, pudo nacer hacia 1670 y
• su abuelo, John Wright, hacia 1640, lo que podría hacerlo uno de los mayores de los siete hijos del
• Capitán James Wright.
Mary Clarke Wright sería por tanto bisnieta del Capitán Wright.
Los Wright tenían un blasón partido de sable y azur, con un cabrio sobrepuesto de oro cargado con tres puntas de lanza en gules y tres cabezas de unicornio de oro. Este blasón parece verse en versión simplificada en la genealogía de los Clarke, como propio de la tatarabuela paterna de Thobie Clarke, lo que plantea otro enlace entre ambas ramas, anterior incluso a la llegada del Capitán Wright a Irlanda.
Queda la cuestión de la religión, pero unos Wright de Thurles se convirtieron al catolicismo, lo que en aquellos tiempos era heroico, y se explica sólo por fe verdadera, lo que me hace preguntarme si ésta sería la rama de la esposa de Thomas Butler O’Neill. Esta conversión, con los problemas sociales que entonces acarreaban, permitiría la reconciliación de los Wright con los católicos irlandeses, que ya no los verían como enemigos.
Las razones del matrimonio, aparte de las personales, y de las afinidades y respeto por familias participantes en la misma historia religiosa, pudieran tener que ver con las conveniencias del negocio de Thomas Butler O’Neill, si su suegro Augustine o Austin Clarke fuera un comerciante de tejidos con quien se pudiera establecer alguna forma de sociedad para su importación a España.
Él y Mary tuvieron cuatro hijos: el primero, Pedro Simón, nacido en 1740, cuando él tenía una edad más alta de la acostumbrada, treinta y nueve años, seguramente por las vicisitudes de su vida; el segundo, Tomás (II) José, nacido en 1743; el tercero, Agustín, nacido en 1745; y el cuarto, Juan (I) Manuel, nacido en 1749, todos en Sevilla, en la parroquia de San Isidoro, según la interpolación de la Genealogía de Hawkins, en letra inglesa.
Los nombres de los hijos parecen expresar los sentimientos de los padres: El mayor, Pedro, por Pierce, padre del padre; el segundo, Tomás, por el mismo padre y su abuelo; el tercero, Agustín, por Augustine o Austin, padre de la madre; el cuarto, Juan, acaso por el tío bisabuelo, a quien creo que Thomas veneraba por su participación en la batalla de Limerick en 1690.
(1751)
En 1751, pidió a Peter Crea, Obispo de Waterford y Lismore, entonces en la clandestinidad, una certificación de sus orígenes religiosos y sociales, y éste se la extendió, diciendo: “testamus nos Infrascripti fidemque facimus indubiam perillustrem Virum Dominum Thomam Butler nostrae Dioecesis alumnum nunc Hispali in Hispaniâ commorantem, apiis Catholicis et nobilibus utrinque Parentibus tam paterno quam materno sanguine duxisse originem Patre Petro Butler et Matre mariâ o’neal (…)
“Testamus in superpraelaudatum Thomam Butler spretâ, cuapsi in Patriâ affulgebat amploris (ilegible) spe, maluisse potius adexteras nationes aufugere, quam a vita veraque fidei jacturam domi facere”.
Traduzco aproximadamente: “Atestiguamos Nos, infrascrito, y damos fe indudable de que el muy ilustre Varón Señor Tomás Butler, educado en nuestra Diócesis, ahora residente en Sevilla en España, de ascendientes católicos y nobles, tanto de sangre paterna como materna, trajo origen de su Padre Pedro Butler y de su madre Maria O’Neal”
“Atestiguamos que el arriba alabado Thomas Butler, aunque en la Patria le refulgía la mayor esperanza, prefirió mejor huir a naciones extranjeras, que rechazar la vida y la verdadera fe de su casa”.
Observo aquí el tratamiento de “muy ilustre” o “perillustris” y de “señor” o “Dominus”, dado al solicitante, que en el siglo XVIII no sería todavía retórico o de cortesía, sino que correspondería a derechos precisos de un determinado estrato social, y que confirma su posición a la vuelta de Sevilla, y la alusión a sus nobles progenitores, paterno y materno, sin mayor precisión, ni de títulos ni de parentesco, lo que indica ese carácter secundario y modesto de nuestra rama, alejada de los Butler mayores.
¿O equivale, más fuertemente, en inglés el tratamiento como Dominus al de Sir?
También observo que el Obispo de Waterford y Lismore escribe el apellido de la madre de Thomas Butler con grafía gaélica, Oneal. Desde luego, todo O Neill puede ser considerado noble, por su gloriosa ascendencia, independientemente de su posición.
El párrafo segundo es el que me parece más digno, al mencionar cómo Tomás Butler prefirió huir al extranjero y dejar las esperanzas que podía tener en su patria, antes que renunciar a su fe.
Fray John Thomas Troy, Arzobispo de Dublín y Primado de Irlanda, ratificó casi cuarenta años después, en 1790, escribiéndolo de su propia mano, lo certificado por el Obispo de Waterford y Lismore, diciendo que “Thomam Butler ortum duxisse ab antiquis temporibus a Progenitoribus tam paternis quam paternis, non minus Fidei orthodoxa Catholica Romana et Apostolica haud intermissa professione, quam Sanguinis claritate illustribus, ipsum que ad exteras Catholicas nationes aufugere maluisse, quam Domi manere cum antiquae et verae Fidei jactura vel discrimine”.
Traduzco de nuevo: “Thomas Butler surgió desde tiempos antiguos de Progenitores tanto paternos cuanto maternos, que no menos habían hecho profesión de Fe ortodoxa Católica Romana y Apostólica, cuanto ilustres por la claridad de la Sangre; este mismo prefirió huir a naciones Católicas extranjeras, más que permanecer en su Casa cuando se arrojaba o discriminaba la antigua y verdadera Fe”.
En estas frases se condensa todo el orgullo que siento porque Thomas Butler fuera antepasado mío.
Puede ser que, ante la abundancia de requerimientos, las del segundo documento hubieran llegado a ser casi formularias, referidas a cualquiera de los muchos irlandeses que en aquel siglo dejaron su tierra en las mismas circunstancias, pero nuestro antepasado Thomas Butler estuvo a la altura de todos ellos.
El hecho de que el original lo escribiese, como dice, el Obispo Fray John Thomas, de su propia mano, revela un sentimiento de afecto hacia el anciano que lo requería.
El lema “Soyez Fermes”, “Sed Firmes”, corresponde a la rama de Dunboyne; pero Tomás Butler supo ser firme.
(Su posición en España)
Al llegar a España, a los ojos de Thomas Butler, sin duda inteligente y despierto, se le ofrecería, de forma natural, la oportunidad de abrir el negocio de tejidos de lino en el que participaba su padre a la exportación a España, que abría muchas más posibilidades. Así, se puede pensar que, en efecto, llegara a ser proveedor de la Reina (¿de María Amalia de Sajonia, esposa de Carlos III?)
Llegó a una situación de verdadero bienestar y desahogo, relacionado con los medios comerciales extranjeros, todos dedicados a la importación, de Sevilla al menos y quizá de Cádiz y de Madrid, situando a casi todos sus hijos en los negocios y al menor en el Ejército, donde hizo una espléndida carrera.
El expediente de su hijo para el ingreso en la Orden de Santiago muestra con quiénes se relacionaba Thomas Butler y que pudieran atestiguar su condición social.
Figura como primer testigo Don Francisco Antonio Justiniano, Cónsul de Génova, Teniente de la distribución de la Real Fábrica de Tabaco y Administrador del Marqués de Castromonte, quien afirma que las familias Butler O Neill y Clarke Wright eran “de las más ilustres del Reyno de Irlanda”, lo que le habría referido sin duda el mismo Don Thomas Butler, y añade que “recibidas en el de Francia según su clase y hav.dose recibido el Padre del Pretend.te en la Villa de Castilleja de Guzman”, lo que debe aludir una vez más a los parientes militares tanto por Butler, de quienes se enorgullecía Don Thomas, como por Clarke, lo mismo que a su recepción como hidalgo, “con aprobacion dela R.l Chancilleria de Granada”.
El segundo testigo fue Don Thomas Cahill, “natural de Irlanda y del comercio de esta ciudad (de Sevilla)”, que “conoció y trato mucho” a Don Thomas Butler y Doña Maria Clarke, y que sus parientes son “personas de las mas ilustres, y calificadas recibidas según su esclarecida Nobleza en otros Reynos y hallandose admitido el Padre del pretend.te como hijodalgo notorio de Sangre en la Villa de Castilleja de Guzman”.
El testigo tercero fue Don Josef Merry, “vecino y del comercio de esta ciudad”, quien atestiguó en líneas generales lo mismo, “constandole hallarse recibido de Caballero hijodalgo D.n Thomas Butler en la Villa de Castilleja de Guzman”.
El testigo cuarto fue Don Martin Power, pariente lejano sin duda, “natural de Irlanda y vecino y del comercio de esta ciudad”, y de sus abuelos dice que fueron de “familias de las mas conocidas e Ilustres de aquel Reyno con las mismas distinciones hallandose el Padre (Don Thomas Butler) del Pretend.te recibido en su clase de Caballero hijo dalgo en la villa de Castilleja de Guzman”.
El testigo quinto fue Don Bernardo Francisco Justiniano, Caballero individuo de la Junta de Génova (en Sevilla), quien testificó en el mismo sentido, “constandole q.e D.n Thomas Butler Padre del Pretend.te se halla recibido por su estado noble en la Villa de Castilleja de Guzman”.
De los cinco testigos, que trataron a Thomas Butler y María Clarke, dos eran genoveses u oriundos de Génova, parientes, altos cargos de la colonia mercantil genovesa, otros dos irlandeses y comerciantes, uno de ellos un Power, refugiados sin duda como el mismo Don Thomas Butler, y uno quizá nacido en España, pero de origen irlandés.
Es de notar también que dos de ellos precisan que Don Thomas Butler era Caballero hijodalgo, expresión que debo averiguar si se refiere a una distinción dentro del estatuto de los hidalgos, y uno precisa que era “hijodalgo de sangre”, lo que correspondía sin duda a una distinción. Todos los testigos, por cierto, llevan el tratamiento de Don.
(Hacendado en Castilleja de Guzmán)
Con paciencia y perseverancia, Don Thomas Butler O Neill fue consiguiendo todos los documentos que necesitaba para restablecer su posición en España. Aunque avecindado en Sevilla, procuró también ser recibido como hidalgo notorio de sangre en Castilleja de Guzmán, villa situada a una legua de la ciudad, por estar en ella hacendado y lo consiguió.
No lo necesitaba, dada la importancia de sus negocios, pero adquirió allí unas tierras. Parece claro que añoraba la tradición familiar y que consideraba que su exilio sólo se justificaría si podía vivir como noble y como terrateniente o landlord.
Castilleja de Guzmán era un pueblo sumamente pequeño, a una legua de Sevilla, que tiene sólo dos edificios significados, uno, el Palacio de los Guzmanes, sus antiguos señores desde la Edad Media, y otro, la Hacienda de la Divina Pastora, construido en el siglo XVIII, del que la primera noticia es precisamente de 1765, cuando Thomas Butler O’Neill estaría ya gestionando el pleno reconocimiento de su hidalguía. En todo caso, el nombre de Hacienda corresponde plenamente a la situación de Thomas Buthler como hacendado, que aparece en el documento de la Real Chancillería de Granada.
La Hacienda de la Divina Pastora está frente por frente del Castillo Palacio de los Guzmanes, cada uno a un extremo de una larga calle o camino. Una y otro han pertenecido, antes o después, a los mismos dueños. Fue un antiguo olivar, y una casa cortijo, de la que hoy queda sólo la Torre del Contrapeso, entre magníficos jardines de principios del siglo XX, y ha pasado por varios propietarios, de los que el que la construyó pudo ser Thomas Butler O’Neill. Sería muy emocionante ver si en la Torre del Contrapeso subsiste algún escudo con los dientes o las tres copas de los Butler, que sería visible por tanto todavía en nuestra tierra, quizá el único en ella.
El nombre de Divina Pastora viene de la devoción suscitada en 1703 por el capuchino fray Isidoro de Sevilla. En el testamento de Thomas Butler se manda decir cincuenta de las misas que encarga por su alma precisamente en el Convento de Frailes Capuchinos, extramuros de Sevilla.
Thomas Buthler O Neill quizá soñaba con fundar un mayorazgo, de manera que su primogénito, Pedro Butler, y sus sucesores, fueran conocidos como los Butler de Castilleja, según el modelo de los lineamientos irlandeses.
Para eso, el primer paso sería quizá la adquisición de la Hacienda, y el segundo, pedir su reconocimiento en la Villa como Caballero hidalgo, notorio o de sangre, la cualidad más firme. No parece que necesitara ejecutoria, porque la Villa se la reconoció, quizás gracias a la Genealogía de Hawkins y a su buena posición material.
No sin dificultades. Parece que, encontró algunas reticencias por parte del Concejo para reconocerle plenos derechos como hidalgo. Pero en un pueblo de señorío, como era Castilleja, en aquellos momentos bajo la jurisdicción del Duque de Alba, hay que imaginar que no se tomaba ninguna decisión importante sin que el Duque o su Administrador la autorizasen.
En cualquier caso, él tuvo que recurrir a la Real Chancillería de Granada.
En su escrito, del que se guarda copia en el Archivo del Alto Tribunal, parecen verse las dificultades que encontró: ¿incluirle en una relación de cargas? ¿no incluirle en cambio en el Padrón de hijosdalgo? ¿estorbarle el uso de su blasón en la portada de su hacienda o en su capilla o en los reposteros con que adornase los balcones con motivo de las fiestas mayores, o en sus mismas alhajas?
Lo referido al uso de sus Armas es lo más llamativo, y sugiere otras preguntas. Había conseguido al cabo de una treintena de años tal posición, que en su casa de Castilleja de Guzmán tenía una o varias portadas de piedra, coronables con su blasón, y había podido edificar una o varias Capillas.
Pero el uso de su blasón era problemático y discutido. ¿Para quién y por quién? ¿Por parte del Duque de Alba que, con los reflejos del poder, tendría celos de cualquier sombra, y quizá hubiera ordenado a los concejos de sus señoríos que estorbasen cualquier señal de hidalguía libre?
No dejaría de ser un desafío, si la casa de Don Thomas Buthler era la Hacienda de la Divina Pastora, que estuviese, con sus blasones y sus reposteros, frente por frente del Palacio del Duque de Alba. Podía temerse que cierto número de villanos se acogiesen a la protección del recién llegado, que no dejaría de tener cierto peso propio, por sus relaciones en la Corte, para enfrentarse a los intereses del Señor. Por otra parte, el Duque era un FitzJames Stuart que podía temer complicaciones posibles con los Butler mayores en la Corte de Londres.
No me parece casual que en el pueblo se llame a la torre de la Hacienda, la única parte del edificio del siglo XVIII que ha subsistido hasta hoy, la Torre del Contrapeso.
El 20 de mayo de 1768, la Real Chancillería de Granada dictó la siguiente Real Provisión:
“Para que el Concexo Justicia y Regimientos de la Villa de Castilleja de Guzman cumpla lo que se le manda a pedimiento de Don Thomas Butler, vezino de la Ciudad de Sevilla y hazendado en dicha Villa.
“Don Carlos Ferrero & ª A vos el Concejo Justicia y reximiento de la Villa de Castilleja de Guzman salud, y grazia saved: que a la nuestra corte y chanzilleria, ante los nuestros Ministros de los hijosdalgo de la nuestra Audienzia que recide en la Ciudad de Granada Ha sido remitida una Copia de autos y dilixenzias, practicadas por vos dicho Concexo sobre el rezevimiento de hixodalgo hecho a don Thomas Butler Vezino de la ciudad de Sevilla, y hazendado en dicha Villa (…) y con inserción de diferentes instrumentos y de un Acuerdo celebrado por vos dicho concejo con parezer de Asesor en el dia nuebe del mismo, por el que recibisteis por Vezino, Cavallero, hixodalgo y haviéndose Visto los referidos autos y dilixenzias a la sala de los dichos nuestros Alcaldes, de los hixosdalgo en este estado por Antonio de Castroviexo Procurador en nombre del citado Don Thomas Butler, se presentó petizion, suplicandonos nos sirviesemos mandar que los menzionados autos pasasen ael nuestro Consexo?Mayor de los hixosdalgo para que los enlegaxase, y que aprovando el zitado vuestro Acuerdo y rezevimiento, hecho a su pde? le Despachasemos nuestra Real Provisión para que Vos dicho concexo justicia y reximiento, de esa villa de castillexa de Guzman en conformidad de ello le hiziesedes guardar y guardasedes todas las Esempziones, franquezas, y libertades que según leies deestos nuestros Reynos, practica y estilo deesa Villa, se acostumbraban guardar a los hixosdalgo notorios de sangre no incluiendole en carga alguna conzexil, annotandole como hixodalgo en los Padrones que con el vezindario le pusiesedes, y no le impidiesedes usase deel escudo, y blazon de sus Armas en sus Portadas, Capillas, reposteros, alaxas de oro, y Plata y demas partes que le combiniese, proponiendole aviendo mitad de oficios para los empleos propios de la nobleza, y hiziesedes, que para que asi en lo subsesibo constase se pusiese copia de dicha nuestra Real Provision en Vuestro libro Capitular corriente (…) y Juró”.
Queda claro que Don Thomas Buthler O Neill había sido recibido como hidalgo notorio de sangre, por estar hacendado en la Villa, pero que había sufrido ciertas restricciones y, como se verá, incluso ciertas formas indebidas, que le obligaron a recurrir al Alto Tribunal de Granada.
Ante lo que la Real Chancillería respondía:
”Y fue Acordado Dar esta nuestra Carta para vos el expresado concexo Justizia y reximiento de esa villa de castilleja de Guzman para la qual os mandamos, que siendo con ella requerido, o requeridos por parte del nominado don thomas Butler, estando juntos en vuestro Cavildo y Aiuntamiento según lo haveis de uso y costumbre de os juntad en conformidad del rezevimiento de hixodalgo que le teneis hecho, le guardeis y hagais guardar y que con efecto se le guarden todas las esempciones franquezas y preheminencias, que es estilo, y constumbre en esa Villa y en estos nuestros Reynos guardar a los demas hixosdalgo de sangre ezeptuandole, y haziendo se le ezeptúe de todos los pechos, y repartimientos de Pecheros y de las cargas conzexiles, annotandole, y haziendole annotar en ellos, en la misma conformidad, que se annotaren los demas hixosdalgo de esa Villa, y no le impidais, ni embarazeis ni permitais se le impida, ni embaraze, que pueda usar y use del escudo?de sus Armas en las casas de su morada y demas partes que le combenga a e? de en las Iglesias de nuestro Reyno de Granada sino es que para ello obtenga nuestra Real Lizenzia (…)”
La Real Provisión llega a amonestar al Concejo de Castilleja de Guzmán por los siguientes puntos:
“Los aperzevimos a vos dicho Conzexo, que en lo subsesibo en vuestros Acuerdos no Useis de expresiones que no sean conformes de los hechos que resulten de autos, ni tampoco ezeptueis de el repartimiento, de servicio ordinario, y demas cargas en calidad de hixodalgo a ningun nuevo vezino, o hazendado que no tenga rezevimiento aprovado por los nuestros Alcaldes de hixosdalgo. Y no hagais, ni permitais se haga cosa en contra de lo que en esta nuestra Carta os va mandado (…)”
En cumplimiento de esta Real Provisión, el Concejo de Castilleja,
“(…) estando todos Juntos en su ayuntamiento (…) mandaron se guardase, y cumpliese según, y como se ordenaba y q.e se le guardase al nominado D.n Thomas Butler todas las onrras y Franquezas que se acostumbran, y deven gozar los Caballeros hijosdalgo en el modo, y forma q. en la R.l probisión se espresaba (…)”
La Genealogía de Hawkins, que guardaría en su casa de Sevilla, había demostrado su valor material. Los escudos de armas ahora se materializaban con fines muy determinados, exención de impuestos, respeto y preeminencias.
El jefe dentado y las tres copas de los Butler brillarían en las piedras talladas al alegre sol de Andalucía, y el azur, el oro y el gules de sus cuarteles alegrarían también los grandes reposteros de paño extendidos en los balcones, hasta con los letreros del “Comme Je Trouve”, exhibiéndose en las fiestas mayores de la Villa.
Todo ello señalaría que Don Thomas Butler O Neill había conseguido que se reconociesen sus derechos, en los mismos años en que les eran negados radicalmente a sus parientes en Irlanda.
Una nueva era comenzaba aquí, verdaderamente, para su descendencia, justificando su decisión de emigrar y dejarlo todo atrás.
Para sellar la paz con el Duque de Alba, posiblemente derrotado por la razón y la Real Chancillería, años después, Tomás Butler el Joven, hijo del llegado de Irlanda, fue propuesto por el Duque y aceptó el cargo de Alcalde de hijosdalgo de la Villa, justamente el cargo al que correspondía recibir y aceptar a cualquier hidalgo nuevo que se estableciera en ella, como se había establecido su padre.
Posiblemente perteneció a Thomas Buthler O Neill una sortija de sello que actualmente está en el dedo meñique de su quintanieta Marali Marchessi de Mesa. Este detalle sugiere que su mano tampoco sería grande, y que él sería un hombre menudo, como era frecuente en siglos anteriores.
El sello es de oro, pequeño, pues mide aproximadamente un centímetro por cinco milímetros. De la mitad hacia arriba, se ven en él cinco trazos verticales que terminan en puntos y que parecen representar una corona de baronet estilizada, timbrada también aparentemente por el halcón de las alas desplegadas.
La mitad inferior está lisa, excepto por una tira arqueada en la que se lee, en letras capitales romanas, “COMME JE TROUVE”.
También debió de pertenecerle la bota de madera que al parecer es tradicional en las casas irlandesas, Pintada de negro, representa ser vieja y está rota y abierta por la punta y agujereada por la suela, con gran realismo.
Y también tendría a la vista en su casa la impresionante Genealogía de Hawkins, con su larga vitela amarillenta y la treintena de escudos de armas policromados, suficiente testimonio, terminado en su nombre, para que fuera considerado por todos Caballero hidalgo notorio, sin necesidad de ejecutoria.
Podía tener reposteros de paño con sus armas recortadas en figuras coloreadas también de paño sobre las paredes encaladas de sus casas de Sevilla y Castilleja, a juzgar por su reclamación del derecho de tenerlos que planteara ante el Concejo de esta Villa. Esto supone paredes altas, quizá de tres metros, y grandes salas, quizás revestidas de zócalos de azulejos.
(Su testamento)
El 10 de octubre de 1781, Thomas Buthler O Neill, al cumplir los ochenta años, otorgó su testamento. Cinco años antes, 1776, había muerto su mujer, con algo más de cincuenta años, a la que por tanto llevaba mucha edad, quizás veinte años.
Las cláusulas religiosas que abundan en el texto supongo que serían algo más que de estilo, en un hombre cuya vida había estado marcada por su fe.
De todos modos, la complejidad teológica y corrección de muchas y largas fórmulas hace pensar en inserciones acostumbradas por parte del notario y por eso las omito:
“En el nombre de Dios nuestro Señor Todo Poderoso y con su gracia: Sepan cuantos esta carta de testamento vieren como yo DON TOMAS BUTHL(ER) Viudo de Dª MARIA CLARKE, mi legitima muger que Dios haya, vecino y del Comercio de esta Ciudad de Sevilla, collacion de el Sagrario, é hijo lejitimo de D. PEDRO BUTHLER y de Dª MARIA ONEIL, mis padres difuntos, que en gloria sean; vecinos que fueron de la Villa de Carrekuer Shur, Reino de Irlanda, dela que soy natural,
(Nota: En este primer párrafo sorprende la grafía Buthler, continuamente usada en el texto, que no puede atribuirse al Escribano porque, en su propia firma, él usa su nombre como “Thom (y esta hache no está presente en la versión del notario) Buthler”. Esta grafía fue la usada por el escritor Samuel Buthler en el siglo XIX.
También se observa el uso del Don, propio de hidalgos, tanto para él y su mujer como para sus padres y sus hijos y nueras.
De éstos se menciona sólo que vivieran en Carrekuer Shur; el uso del nombre gaélico, sugiere que ésta fuera todavía su lengua y quizás su reivindicación; no se dice nada de que hubieran vivido en Sevilla, con lo que se puede descartar la suposición de que vinieran con él.
“estando con salud, de (lo) que doy a Dios infinitas gracias, y entodo mi acuerdo, juicio y entendimiento y buena memoria, según que fue servido darme y creyendo, como firme y verdaderamente creo, en el inefable y alto misterio de la Santisima Trinidad, Padre, Hijo y Espiritu Santo tres personas y realmente distintas, y un solo Dios verdadero, y entodo lo demas que enseña, cree y confiesa nuestra Santa Madre Iglesia Catolica Apostólica de Roma, como fiel cristiano, temiendo la muerte que es natural a toda viviente criatura, pª descargo de mi conciencia, y bien de mi alma, hago y otorgo mi testamento en la forma siguiente:
(…)
I= Mando se me digan por mi alma e intención doscientas misas seradas limosna de a cuatro reales de vellon cada una, la cuarta parte de ellas en mi Parroquia por su derecho, otras cincuenta en el Convento de Reverendos Padres Capuchinos extramuros de esta Ciudad, y las cien restantes en la Casa del Espiritu Santo de Reverendos Padres Clérigos menores de ella.
(Nota: La distribución de las misas ayudaba a diversos conventos e iglesias. Aparte de la propia Parroquia, obligada, Thomas Buthler disponía que se dijeran en el Convento de Franciscanos (orden mendicante, muy respetada en España, y cuyos limosneros solían acudir a las casas periódicamente, por lo que eran conocidos y estimados y en una Casa que seguramente sería asilo de sacerdotes viejos o pobres)
I= Declaro que en el dia trece de Agosto del año pasado de mil setecientos treinta y siete, en la Ciudad de Dublin, del dicho Reyno de Irlanda, contrahí legitimo matrimonio con la nominada Doña MARIA CLARKE, mi difunta muger;
á el que yo entré por mi caudal, ciento sesenta y tres mil cuatrocientas noventa y dos reales de plata, de a diez y seis quartos cada uno, asi en dinero efectivo, como en mercaderias, y alhajas y menaje de mi casa de que no hice capital, por hallarme tan distante de esta Ciudad, donde tenia como al presente tengo casa de comercio, y apuntado por menor en mis libros las partidas de que se compuso mi caudal, con la mas clara espresión; Y la nominada Dª MARIA CLARKE mi muger entró por un total veinte y tres mil y cien reales de plata que yo percibi despues de casado con la susodicha, dada un favor otorgué escritura de dote ante JOSEPH HERNANDEZ DE COSGAYA, Escribano público que fue del numero de esta Ciudad en fecha, cuatro de Abril del año de mil setecientos cincuenta y dos a cf. me remito =”
(Nota : Éste era su caudal en el momento de su matrimonio, cuarenta y tres años antes, en 1737. Para estimar el valor de los reales de plata, de a dieciséis cuartos, si se refiere al real de plata de los llamados “de a ocho”, que valía dieciséis reales de vellón, su equivalencia en dinero actual puede cifrarse sobre la base de un real de vellón igual a un euro de 2001 como mínimo, observando algunos de los precios corrientes, o sea, un real de plata, dieciséis euros.
Confirmando esta estimación propia, he encontrado, en “Estadísticas históricas”, del Instituto Nacional de Estadística, esta misma valoración: “Un Real de Vellón del año 1750 podría ser equivalente a un Euro de 2000, haciendo una aventurada comparación a través del precio del oro”.
También puede suponerse que parte de que el real de vellón tuviera cuatro cuartos. En ese caso, dieciséis cuartos serían cuatro reales de vellón, y ese real de plata valdría cuatro reales de vellón, o sea, cuatro euros.
Según esto, si la fortuna de Tomas Butler era, en el momento de su matrimonio, de “ciento sesenta y tres mil cuatrocientas noventa y dos reales de plata, de a diez y seis quartos”, equivaldría, en la primera estimación del valor del real de plata de a dieciséis, a algo así como dos millones seiscientos mil euros, y en la segunda estimación, a unos seiscientos mil euros, cifra portentosa la primera y muy notable la segunda para alguien que había empezado sus negocios en Sevilla haría unos siete años.
La dote de Mary Clarke Wright, su esposa, que ascendía a veintitrés mil cien reales de plata (si fueron también de a dieciséis cuartos) habría equivalido, unos trescientos setenta mil euros y, bajo la segunda estimación, a unos noventa mil, cantidades considerable la primera y discreta o suficiente la segunda)
Si por real de plata, a secas, se entendía real sencillo, de a dos reales de vellón, la dote habría sido sólo de cuarenta y seis mil euros, modesta.
(…)
“Declaro que entre mis papeles se hallara una memoria escrita de mi mano y puño que empieza diciendo Jesus, Maria y Jose y Señor Santo Tomas mi abogado, en la cual hago diferentes legados que caben sobradamente en el quinto de mis bienes de que podia disponer (…)
“Y para pagar y cumplir este mi testamento, lo en el contenido, y que refiera la memoria de dichos legados nombro por mis albaceas testamentarios, á el referido DON PEDRO BUTHLER mi hijo vecino de esta Ciudad á DON TOMAS BUTHLER Y CLARKE tambien mi hijo que reside á el presente en la Villa y Corte de Madrid y está proximo a regresar a Ma donde tiene comercio, y a DON JUAN GOLBALLY, asi mismo de este comercio y vecindad, á cada uno , y les doy y confiero y á cada uno de ellos, poder comision facultad bastante en derecho para que perciban y cobren mis bienes y hacienda, saldar y liquidar mis cuentas (dos palabras ilegibles en mi copia) dar recibos otorgar cartas de pago, finiquitar chancelaciones, sesiones y enbrogaciones de mis creditos, conferir esperas y demas instrumentos conducentes, y para que en varon de todo puedan parecer y contender en juicio generalmente ante cualquier Señores Jueces, Justicia y Tribunales de ambos fueros (…)
(Firmado) = THOM BUTHLER =
(Nota : Es indudable su extremada confianza y seguramente amistad hacia Don Juan Golbally, a quien creo irlandés, comerciante en Sevilla como él, hasta el punto de darle plenos poderes como albacea, en unión y por separado con dos de sus hijos.
¿Podría ser que quisiera que hubiese un mediador desinteresado y honrado para asegurarse del acuerdo entre sus hijos?
Corbally es un topónimo en Waterford y un apellido toponímico, por tanto no se puede descartar que fuese un compañero de inmigración de Thomas Butler, unido a él desde entonces (si fuese pariente lo habría mencionado)
(…)
“CODICILO XI En el nombre de Dios amen, sepase por esta carta de codicilo como yo DON TOMAS BUTHLER, vecino y del comercio de esta Ciudad de Sevilla, collacion del Sagrario, estando enfermo y en todo mi acuerdo, juicio y entendimiento natural cumplida y buena memoria según Dios fue servido darme bajo de la protestacion de la Santa Fé Catolica, digo; que yo hice y otorgué mi testamento ante el presente Escribano público a diez de Octubre del año ultimo que pasó; porque tengo que añadir y quitar de él; hago y otorgo de este mi codicilo en la forma siguiente.
“La primera en la clausula antecedente á la de nombrar albaceas de dicho mi testamento espresé y declaré que entre mis papeles se hallaria una memoria escrita de mi puño en la que hacia diferentes legados que era mi voluntad se cumplieren y tuviesen por parte de mi testamento cuya es mi volntad, que quede de ningun efecto, y la revoco enteramente por este mi codicilo.
Y= Declaro que a DON PEDRO BUTHLER mi hijo le tengo cargados en su cuenta particular DIEZ MIL OCHOCIENTOS NOVENTA Y DOS reales de plata y once cuartos que gasté con su hija DOÑA MARIA DEL AMPARO BUTHLER Y URRUTIA, mi nieta en que tomase esta estado de religiosa, Y ahora es mi voluntad que á dicho mi hijo no se le carguen dicho DIEZ MIL OCHOCIENTOS NOVENTA Y DOS reales de plata en la referida cuenta, ni se le descuente de su legitima de cuyo monto le hago legado en forma, no obstante lo que dejo prevenido y dispuesto en el citado mi testamento por que lo hice de mi voluntad y por la singular satisfaccion que tuve en que dicha mi nieta fuese religiosa.
(Nota: Su hijo Pedro, que quizás trabajase con él y no tendría todavía bienes propios, debió de pedirle ayuda para dotar a su hija con una suma de unos veintiún mil reales de plata, que si siguen la equivalencia considerada en la primera estimación, serían trescientos treinta y seis mil euros, una cantidad altísima, que correspondería a un convento de monjas nobles.
La segunda estimación, cuatro veces menor, la situarìa en ochenta y cuatro mil euros, una cantidad más asequible.
Si “real de plata” se entiende como sencillo, la equivalencia sería sólo de dos reales de vellón y medio, y por tanto, dos cincuenta euros, lo que haría cincuenta y dos mil quinientos euros, una cifra todavía menor.
Thomas Butler O’Neill anotó la suma en la cuenta de su hijo, pero en aquel momento, cerca de su muerte, decidió perdonársela, por razón íntima de fe y de afecto hacia su nieta)
Y= Lego y mando por una vez á MARIA TERESA GARCIA que asiste de presente sirviendo en las casas de mi habitacion TRES MIL REALES de vellon ademas del salario que tenga devengado hasta el dia de mi fallecimiento por lo bien y fielmente que me ha cuidado y los intereses de mi casa que han estado a su cuidado como premio de sus servicios y por que asi es mi voluntad.
Y=Lego y mando por una vez a la hermandad de la Santa Caridad, estramuros de esta dicha Ciudad UN MIL Y DOSCIENTOS REALES DE VELLON para que los distribuya en los piadosos fines que acostumbra o fuera su voluntad porque asi es la mia.
Y ultimamente lego y mando por una vez á DON PEDRO MALANGRAN y a sus hermanos mis vecinos cuatrocientos y cincuenta reales de vellon por via de limosna que les entregaran mis albaceas luego que yo fallezca”.
(Nota: Revela en las cláusulas del codicilo algo de su intimidad. Lo manifiesta su atención y agradecimiento a quien debía de ser su ama de llaves, a otra entidad de caridad y a unos vecinos, hidalgos pero en la miseria, quizás también irlandeses)